Este año hemos escogido el tema de la “Mayordomía”.
Los no creyentes consideran que el universo fue hecho por casualidad, sin objetivo ni propósito y, por consiguiente, no tiene dueño. Creen que los más fuertes pueden apoderarse de él e imponer su voluntad.
Los cristianos creemos que este sistema fue creado por Dios y, por tanto, a Él le pertenece, que todo lo creado tiene un propósito y que a los hombres se nos confirió la responsabilidad de administrar la tierra. Este es el principio de la mayordomía, nosotros debemos dar cuenta al Señor del universo de nuestra labor. La Biblia es el manual de instrucciones; por lo tanto, debemos sujetarnos a ella para que nuestro trabajo sea bien realizado.

El libro de la Escuela Sabática Josué y Esther de este año, tiene como propósito instruir para que nuestros jovenes sean edificados sobre los sólidos cimientos de los valores bíblicos enseñados por Dios en su ley moral y por Jesucristo en su vida y obra.
En primer lugar, analizaremos la situación actual del mundo para ser conscientes de los problemas que enfrentamos y la batalla que tenemos que librar para no ser contaminados y mantenernos en santidad.
En segundo lugar estudiaremos los mandamientos de Dios, como la norma moral que debemos seguir para garantizar una vida plena y una relación estrecha con Dios que nos provea de la fortaleza espiritual para mantenernos en pie ante las tormentas de la vida.
Finalmente, dedicaremos el resto del libro al estudio, aprendizaje y la formación de valores bíblicos significativos para llevar una vida cristiana firme.

Cuando el pueblo de Israel aún no tenía rey, hubo hombres y mujeres valientes que guiaron y protegieron a su gente. Estos grandes líderes, conocidos como los patriarcas y jueces, recibieron sabiduría y fuerza de Dios para enfrentar retos difíciles y tomar decisiones sabias. Sus historias están llenas de valor, fe y lecciones que todavía podemos aprender hoy. Acompáñanos en un viaje a través de estas emocionantes aventuras, donde descubriremos cómo, a pesar de los desafíos, siempre hay esperanza cuando se confía en un Dios justo y verdadero.

Cuando el pueblo de Israel aún no tenía rey, hubo hombres y mujeres valientes que guiaron y protegieron a su gente. Estos grandes líderes, conocidos como los patriarcas y jueces, recibieron sabiduría y fuerza de Dios para enfrentar retos difíciles y tomar decisiones sabias. Sus historias están llenas de valor, fe y lecciones que todavía podemos aprender hoy. Acompáñanos en un viaje a través de estas emocionantes aventuras, donde descubriremos cómo, a pesar de los desafíos, siempre hay esperanza cuando se confía en un Dios justo y verdadero.

Cuando el pueblo de Israel aún no tenía rey, hubo hombres y mujeres valientes que guiaron y protegieron a su gente. Estos grandes líderes, conocidos como los patriarcas y jueces, recibieron sabiduría y fuerza de Dios para enfrentar retos difíciles y tomar decisiones sabias. Sus historias están llenas de valor, fe y lecciones que todavía podemos aprender hoy. Acompáñanos en un viaje a través de estas emocionantes aventuras, donde descubriremos cómo, a pesar de los desafíos, siempre hay esperanza cuando se confía en un Dios justo y verdadero.

Cuando el pueblo de Israel aún no tenía rey, hubo hombres y mujeres valientes que guiaron y protegieron a su gente. Estos grandes líderes, conocidos como los patriarcas y jueces, recibieron sabiduría y fuerza de Dios para enfrentar retos difíciles y tomar decisiones sabias. Sus historias están llenas de valor, fe y lecciones que todavía podemos aprender hoy. Acompáñanos en un viaje a través de estas emocionantes aventuras, donde descubriremos cómo, a pesar de los desafíos, siempre hay esperanza cuando se confía en un Dios justo y verdadero.